A lo largo de estos años hemos vivido varias mudanzas (para ser exactos 3).
La primera fué hace más de 4 años cuando Nori se vino de Castellón a Valencia, a mi pequeño estudio de soltero en el Barrio del Carmen (calle Calabazas). Más tarde , un año después, y cansados de los problemas con los gorrillas, y demás quebraderos de cabeza y disgustos para aparcar por el barrio, decidimos trasladarnos a una zona más tranquila, y con aceras mucho más anchas. Aunque algunos problemas y malestares con el propietario de ese “piso con conserje que te saca la basura” hicieron que en poco menos de un año volviéramos a trasladarnos (misma zona, menos de 100m de distancia) que es donde hemos estado viviendo hasta el día de hoy.
Pero como tarde o temprano tenía que pasar, y después de haber esperado el tiempo prudencial, en parte gracias a los comentarios de algún que otro “forero de idealista” de aquel famoso 2 de Octubre del 2006 en el que se produjo el “turning point”, el tiempo y la suerte nos ha obsequiado con el ático duplex que siempre habíamos soñado a un precio que hasta hace pocos meses hubiera sido impensable (estamos hablando de un 33% menos de su valor en cosa de 1 año y de obra nueva)a menos de 100 metros de la parada de Torrent Avinguda. Hoy mismo hemos firmado ante notario, nos han entregado las llaves, documentos, registros, etc.. y hemos dado todas las altas de luz, agua y electricidad. Lo único que nos falta para entrar a vivir es mover nuestros electrodomésticos y algunos muebles, aprovechando que también han bajado de precio y que por lo visto ya ni les importa que Ikea se establezca en estas tierras..
¿Seguirán bajando los pisos? Por supuesto, lo pensaba antes, y lo sigo pensando ahora. Pero también seguirán haciéndolo su valor de tasación y las restricciones que los bancos pongan a sus clientes. La vivienda, aquella que destinamos a vivir, debería poder comprarse cuando uno la necesita, y no dependiendo de las idas y venidas del mercado, y del tamaño de la Burbuja, es una lástima que los Gobiernos no hagan nada para impedir que estas cosas pasen, y siempre se esté jugando con el que termina pagando el pato, el ciudadano de a pie.
Empieza una nueva aventura, el miércoles sin ir más lejos tenemos nuestra primera reunión de copropietarios. ^_^