Estas navidades, entre otros regalos, ha caído en nuestras manos uno de los periféricos más exitoso e innovador del 2009, el Magic Mouse.
Tanto Nori como yo, lo teníamos guardado como regalo de uno a otro (casí) sin saberlo. A decir verdad, y tras escuchar comentarios, leer reviews, tenía algunas dudas sobre el funcionamiento y sobretodo, las limitaciones en cuanto a gestos que pueden realizarse. Pero lo cierto es que tras sacarlo de su caja y activar el Bluetooth en el ordenador, al minuto ya estaba funcionando a las mil maravillas. Un par de ajustes de rigor, como el ajuste de la velocidad, y activar el click derecho en la zona pertinente y ya cumple con las espectativas de casi cualquier usuario.
Para el que se había acostumbrado a usar los botones laterales de función del modelo anterior, simplemente hay que descargar alguno de los múltiples softwares que han aparecido como MagicPrefs para añadir o modificar los gestos de pulsación, arrastre y “pellizco” (se podría decir así?) y configurarlos a nuestro gusto.
Aunque es posible configurar gestos de hasta 4 dedos, creo que el límite que la usabilidad de un objeto como un ratón ofrece está algo por debajo de este número. Otro pequeño inconveniente, aunque no es nuestro caso, es el tamaño. Posiblemente para manos algo más grandes que las nuestras, sea incómodo sostener y hacer click en una zona tan pequeña. Quizás, al igual que sucede con las pantallas, en este tipo de dispositivos debería haber “tallas”, ya que personalmente me ocurre lo mismo con ratones supuestamente ergonómicos y más altos pero que no están pensados para personas de manos pequeñas.
En definitiva, por el momento, el mejor ratón que he tenido. Y además, una buena transición entre el mundo del teclado físico y el multitouch virtual ya aplicado en pantallas.. Veremos como estos 2 modelos de interfaces continúan fusionándose.